CRISIS EN UCRANIA

12 Febrero 2022. Carlos Alonso Ausin 

 

Durante el proceso de desintegración de la República Federal Socialista de Yugoslavia en la década de los 90, tras los Acuerdos de Paz de Dayton en 1995 que posibilitaron el comienzo de las misiones OTAN en Bosnia (IFOR, SFOR), Rusia comenzó a hacer público en círculos próximos al Secretariado de Naciones Unidas en Nueva York, que era la última de sus concesiones de su área de influencia. Después vino el conflicto armado en la Provincia autónoma de Kosovo en el 98 y 99 y el establecimiento de la Misión KFOR de OTAN tras los bombardeos de la Alianza Atlántica a objetivos estratégicos en Serbia y objetivos tácticos en Kosovo. Los americanos construyeron allí una gran base militar, Camp Bondsteel, que puede ser utilizada durante un conflicto en Oriente Medio y en el Cáucaso. En 2004 los países bálticos ingresan en la OTAN.

Estas anexiones a la OTAN de antiguos territorios del Pacto de Varsovia y antiguos países satélites de Europa del Este, han sido vistos por Moscú como una amenaza y sobre todo como una pérdida de influencia en la región y una rotura del equilibrio geoestratégico en Europa. Vladimir Putin, ex agentes de la KGB, que estuvo destinado en Alemania, la punta de lanza de la Guerra Fría, al igual que otros muchos altos funcionarios rusos, todavía piensa en la Gran Rusia, en lo que fue la Unión Soviética y se resiste a que la OTAN siga expandiéndose. 

En este contexto se produce la invasión por Rusia de la Península de Crimea en 2014, durante la administración Obama, para asegurar su acceso al Mar Negro; y el apoyo a los rebeldes pro rusos en las regiones de Luhansk y Donetsk, en el Este de Ucrania, donde se ha desarrollado hasta ahora un conflicto armado con Ucrania con diferentes picos de intensidad, que ha ocasionado mas de 14.000 muertos y que todavía se mantiene activo. 

Posteriormente, en 2021, Rusia comienza a desplegar en su frontera con Ucrania y en Bielorusia gran cantidad de unidades acorazadas, mecanizadas, artillería autopropulsada, convencional y cohete, unidades de misiles superficie aire y de misiles balísticos de corto alcance etc. hasta el despliegue actual que se puede ver en la figura 1 y que incluye las bases aéreas y navales en torno a Ucrania. Se estima que el número total de efectivos es de unos 120.000. Las condiciones actuales del terreno nevado y helado son buenas para el avance de las unidades acorazadas y mecanizadas, mucho mejores que cuando empiece el deshielo con barro, lodo (el Rasputitsa) etc. por lo que a Putin le quedaría un mes aproximadamente para realizar una invasión o incursión. El tiempo juega en contra de Rusia. Asimismo, hay indicativos como la evacuación de las familias del personal diplomático de la embajada de EE.UU. y la detección de aprovisionamiento de sangre y otros recursos médicos por parte de Rusia que confirman sus planes de una posible intervención armada. 

Las fuerzas desplegadas rusas son muy superiores a las de Ucrania y con experiencia de combate reciente en Siria. La frontera con Bielorusia está a unos 150 Kms de la capital, Kiev. Ucrania no es parte de la OTAN, por lo que técnicamente la Alianza no podría intervenir en caso de ataque ruso. Biden ha apuntado al envío de unos 5.000 soldados a países del Este de Europa que pertenecen a la OTAN y ha enviado considerable ayuda militar, pero ha descartado cualquier despliegue o acción armada directa al igual que el resto de los aliados de la Alianza. Alguno de ellos, como Gran Bretaña, también ha enviado material militar a Ucrania. 

Actualmente nos encontramos en la fase de contactos políticos y diplomáticos e intercambio de documentos. En línea con lo dicho al principio, los principales objetivos políticos de Putin, motivo de este despliegue militar, son conseguir la interrupción de la expansión de la OTAN hacia el Este de Europa, especialmente a Ucrania, Bielorusia y Georgia, países que formaban parte de la extinta URSS; deshacer o revisar otros Acuerdos de Anexión a la Alianza de países del Este de Europa que limitan con Rusia; la retirada de fuerzas nucleares de EE.UU. estacionadas en Europa; y aumentar la influencia de Rusia en el Este de Europa. Salvo los dos primeros, que son muy difíciles de conseguir, hay espacio para la negociación en el resto. 

En el plano internacional, Rusia cuenta con el apoyo claro de China para la consecución de sus objetivos políticos. En la Alianza hay distintas voces, como la de Alemania, muy partidaria de la negociación y de hacer concesiones, Francia, que propone una cierta autonomía de EE.UU. en la negociación, es decir, hay cierta disparidad en las agendas entre los países con más peso de la Alianza. 

Dicho esto, a corto plazo se plantearían tres posibles escenarios. Primero: consecución parcial de los objetivos políticos de Rusia mediante la negociación, la adopción de compromisos por OTAN, etc. El  mas deseado y conveniente. Segundo, una incursión armada limitada de Rusia por el SE para “apoyar a los rebeldes pro rusos” aprovechando una subida de intensidad en el conflicto actual, que podría ser provocada, en el caso en que las negociaciones políticas fracasen. Tercero, una invasión a toda escala según los ejes de la figura 2, el peor.

Carlos Alonso Ausin es Coronel retirado, ex funcionario de NNUU en Nueva York, donde fue miembro del equipo de seguimiento y dirección de las Misiones de Paz en Georgia y Balcanes. 

 

Figura 1




 Figura 2








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