UCRANIA, NUEVOS ESCENARIOS
Ucrania cumple con el primer principio del arte de la guerra, la voluntad de vencer, sin embargo, los otros dos, la libertad de acción y capacidad de ejecución están seriamente comprometidos por necesitar la ayuda militar y económica constante de terceros países, especialmente de EE.UU., para mantener la maquinaria de la guerra. Puede tener victorias parciales importantes, como ha sido el caso, pues Rusia fracasó en un primer tiempo en sus objetivos iniciales como era la toma de la capital y control del poder político. También ha conseguido que Rusia tenga que redefinir sus objetivos, concentrándose en la ocupación del Donbas. Además, Ucrania no dispone de componente aéreo, especialmente aviones de combate para obtener la superioridad aérea y aviones de apoyo aéreo cercano para apoyar cualquier operación terrestre. Los americanos titulaban ya en los 80 sus manuales de operaciones con el termino The Airland Battle, no concibiendo ninguna operación terrestre sin el componente aéreo correspondiente. Es muy difícil pues que Ucrania pueda ganar la guerra a una potencia militar como Rusia.
Por otro lado, la congelación de los fondos americanos puede ir para largo con la composición actual de la Cámara de Representantes, pues hay muchos ciudadanos americanos que han votado al partido republicano e incluso al demócrata, que sin oponerse al envío de fondos a Ucrania como hasta ahora, propugnan que antes se envíen esos fondos a sellar o resolver la inmigración sin control en su frontera sur. Y ya sabemos que en EE.UU. el representante y el senador se deben primero a los miembros de sus circunscripciones, a los que escuchan en sus reuniones periódicas (Town House meetings) para luego votar en línea con sus demandas, sin importarles mucho la disciplina de partido.
En Europa, el presidente Macron, en la reciente conferencia de apoyo a Ucrania en París, ha sugerido el envío de soldados de países europeos para combatir directamente. Gran Bretaña, Alemania, entre otros, desecharon rápidamente la idea. En línea con Macron, la presidenta de la Comisión Europea, Von der Leyen, ha animado a los países europeos a rearmarse ante una eventual intervención en Ucrania. EE.UU. ha confirmado que no va a enviar soldados a combatir a Ucrania.
Una hipotética intervención de fuerzas europeas tendría que ser en el marco de la OTAN, pues Europa no dispone de estructura de Mandos Integrados y Cuarteles Generales con capacidad para el mando, control, comunicaciones, inteligencia… necesarios para la planificación y conducción de operaciones militares conjuntas. Para una intervención de la Alianza, uno de sus países debería de ser atacado previamente, pues no olvidemos que la NATO es una organización defensiva. La excepción a finales de los 90, cuando fuerzas aéreas de la OTAN bombardearon objetivos en la ex Yugoslavia, en época de Clinton y Solana, podría repetirse, pero la capacidad de reacción de la ex república balcánica no es comparable a la de Rusia, y además, eso nos llevaría a una guerra con Rusia, a una escalada y posiblemente a un conflicto nuclear. Se podrían realizar también acciones armadas aisladas de algunas potencias europeas sin EE.UU., lo que supondría una extensión del conflicto en Europa, con consecuencias similares a las antes descritas.
Es preciso apuntar que Rusia dispone de un total estimado de 5.889 ojivas nucleares, el mayor arsenal confirmado de ojivas nucleares en el mundo, según la Arms Control Association. De ellas, 1.549 están desplegadas en unidades de lanzacohetes y artillería, unidades de misiles balísticos tierra-tierra, submarinos con misiles balísticos y bases aéreas, listas para ser lanzadas en plazos de tiempo variables, incluyendo con carácter inminente. Las capitales europeas estarían dentro de su alcance. Los arsenales actuales nucleares de EE.UU. y Rusia incluyen bombas 60 veces más destructivas que la lanzada en Nagasaki, con un efecto residual nuclear enormemente mayor, el denominado fallout, que persiste decenas de años y se transmite en la atmósfera con las corrientes de aire afectando gravemente a la salud. Según el informe de la ONU sobre el estado de la población mundial de 2023, la población mundial actual es de 8 mil millones. Detonar unas 400 bombas atómicas sería suficiente para acabar con la humanidad y no habría vida en la Tierra durante mucho tiempo. Parece claro, un conflicto nuclear supondría la desaparición de la vida en el planeta.
El futuro de la guerra en Ucrania pasa por el resultado de las elecciones presidenciales de noviembre. Si gana Biden, la situación será parecida a la actual. Si gana Trump, las negociaciones para la paz podrían empezar. Recordemos que China también aboga por la negociación. Una administración norteamericana es mucho más que su presidente, es además 3.000 empleados federales contratados (allí no existe la figura del funcionario permanente como en España, salvo algunos puestos en el servicio exterior, agencias de inteligencia y otros); 1.000 de ellos deben de ser confirmados por el Senado, incluyendo altos cargos, ministros, embajadores, directores de la CIA, DIA, FBI, fiscal general etc. La cadena de mando y las decisiones pasan por numerosos filtros y asesores, sin hablar de las mayorías variables en la Cámara de Representantes y el Senado que equilibran el poder como en ningún otro país. Cualquiera que sea el nuevo presidente, EE.UU. no va a abandonar a Europa ni va a debilitar la OTAN, ni va a dejar de aplicar el Articulo 5 en caso de agresión a algún país de la Alianza. Más bien al contrario, Trump (suponiendo que sea el nuevo presidente) va a seguir pidiendo a sus aliados en Europa que se cumplan los compromisos de la Conferencia de Lisboa, donde los países se comprometieron a gastar un 2% del PIB en defensa. Lo que está claro es que EE.UU. no va a enviar soldados a combatir a Ucrania en cualquiera de los dos escenarios, si gana Biden o gana Trump.
Europa, en conjunto o por potencias aisladas, no tiene hoy por hoy capacidad para la resolución de la guerra en Ucrania y está abocada a ir de la mano de EE.UU. tanto si gana Biden como si gana Trump, y si lo hace este último y comienzan negociaciones para la paz, tendrá que apoyarlas y lograr unas condiciones lo más beneficiosas para Ucrania.
El artículo esta muy bien, me convencen casi todos los aspectos y puntos tratados, pero es confuso el dato de 3.000 empleos públicos federales. Según la IA Copilot en 2023 hay 2.18 millones de empleados en agencias y departamentos federales,
ResponderEliminar1.44 millones de empleados militares y 570.000 empleados de USPS. El empleo privado serían 161 millones.
son los que se estiman que salen y entran con el relevo de administraciones. No funcionarios de carrera ni contratados por años, sino asociados a la administración que luego se tendrán que ir cuando cesa el Presidente.
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