HARRIS VS TRUMP: DIFERENCIAS Y ANALOGÍAS EN POLÍTICA EXTERIOR
Europa puede ser la región más afectada por los planteamientos totalmente diferentes de Harris y Trump sobre la guerra de Ucrania y las futuras relaciones con Rusia. No así en Oriente Medio, en las guerras de Gaza y Norte del Líbano, donde sus posturas de apoyo a Israel son similares con algunos matices, así como en la percepción de la amenaza de Irán y su posible respuesta en caso de implicación directa y sostenida en una guerra contra Israel. Respecto a China, que tiene a Irán somo socio preferente estratégico, las diferencias estriban principalmente en el terreno económico, pero no en lo fundamental. El gigante asiático ha estado en las prioridades de los servicios de inteligencia americanos durante décadas, con presidencias demócratas y republicanas.
Empezando por Ucrania, las grandes decisiones sobre esta guerra en el corazón de Europa se toman en Washington y en Moscú, no en Bruselas. Las posturas diametralmente opuestas de ambos candidatos presuponen situaciones muy distintas, no solo en el teatro de operaciones, sino también en las relaciones con el resto de Europa y en el seno de la OTAN, organización donde la postura de EE.UU. pesa sobremanera.
Es de suponer que Harris seguirá la política actual de EE.UU. de apoyo total a Ucrania, no solo proporcionando armamento y municiones sino asesores, instrucción militar, inteligencia, ayuda financiera, etc. Falta saber si accederá a la utilización de misiles de largo alcance contra objetivos dentro y a lo largo de Rusia, hasta ahora vetado por Estados Unidos y Gran Bretaña. Putin ya ha avisado de que en ese caso podría utilizar armar nucleares con todo lo que eso supone. En cualquier caso, Harris ha confirmado que seguirá apoyando la guerra en Ucrania, ante la invasión injustificada de Rusia y el derecho legítimo de este país a defenderse, hasta que Ucrania consiga expulsar al ejército ruso de todo su territorio, incluido Crimea, sin ningún espacio para un acuerdo de paz con Rusia.
Trump por su parte, ha anunciado que si gana las elecciones, incluso antes de la proclamación, trabajará para un acuerdo de alto el fuego con gestiones directas con Putin y Zelensky para lograrlo. Es evidente que si gana Trump y se congelan las ayudas militares norteamericanas, Ucrania no podría seguir combatiendo y tendría que negociar. No parece que la UE y países europeos puedan sustituir a EE.UU. para seguir alimentando la maquinaria de guerra que Ucrania necesita. Dos escenarios pues muy distintos para Europa.
En Oriente Medio, tanto Harris como Trump seguirán apoyando toda ayuda militar necesaria para que Israel siga combatiendo en Gaza, en el Norte del Líbano y acciones contra Irán. Hay matices, sin embargo, no en el fondo, pero si en la dialéctica. Harris, en plena campaña electoral, aboga por un alto el fuego inmediato y la liberación de rehenes, que incluirían naturalmente concesiones para Palestina, Hamas y Hezbolá. Trump, por su parte, exige la liberación de rehenes sin condiciones y apoya la campaña militar israelita sin restricciones hasta que consiga sus objetivos militares.
Respecto a Irán, la administración Biden-Harris salió escaldada de sus negociaciones iniciales para su vuelta al grupo de acuerdo nuclear con Irán, formado por los 5 miembros permanentes del Consejo de Seguridad, más Alemania y la UE. Dicha administración también acordó con la Republica Islámica la liberación de 6.000 millones de dólares que estaban retenidos, tras un acuerdo de liberación de cinco prisioneros por ambas partes, todo ello antes del ataque masivo del 7 de octubre de Hamas contra Israel. La administración Trump se salió del grupo antes mencionado y congeló cualquier ayuda y donación de fondos a Irán. A pesar de estas diferencias anteriores, no parece que la percepción de la amenaza de Irán y el apoyo decidido a Israel en caso de una guerra directa continuada contra la República Islámica vayan a cambiar, independientemente de quien sea presidente.
En cuanto a Rusia, la relación posiblemente mejorará con Trump, teniendo en cuanto sus contactos y reuniones anteriores con Putin y la relación inexistente con la actual administración. Esta mejora de relaciones no se debe confundir con falta de firmeza. No olvidemos que Putin invadió Ucrania durante la administración Biden y Crimea durante la presidencia de Obama.
Finalmente, en las relaciones y actitud con China, Trump puede imponer nuevas tarifas como ha anunciado e iniciar una nueva guerra comercial, pero no habrá grandes diferencias en el plano estratégico, en la percepción de la amenaza de China en su expansión mundial y actuación correspondiente, en el apoyo a Taiwán y en la vigilancia estrecha sobre la cooperación de China con Irán, tras su Acuerdo de Cooperación por 25 años firmado en el 2021, que incluye un capítulo estratégico.
En definitiva, podemos decir que las diferencias de ambos candidatos en política exterior, salvo para Europa, no son tan acusadas como en el plano de la política interior.
Mi Coronel, muy bien el artículo, el tema que queda por estudiar es el de Taiwán, ahí sí que parece que hay diferencias entre uno u otro…
ResponderEliminarPuede que tenga razón pero Taiwan es linea roja para cualquier administración norteamericana.
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