Israel vs. Irán
Según la 'Arms Control Association', con la capacidad centrífuga actual iraní se podría llegar al uranio-235 enriquecido necesario para construir una bomba atómica en menos de dos semanas
Una de las primeras acciones diplomáticas del régimen de los Ayatolás en febrero de 1979 fue romper relaciones diplomáticas con Israel. Desde entonces, su agenda de política exterior ha contemplado y contempla la destrucción del Estado hebreo.
Hace un mes aproximadamente, la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA) informó a los países miembros que el uranio-235 de Irán enriquecido al 60 % había llegado a 408 kg, y si se seguía enriqueciendo podría ser suficiente para construir hasta 9 bombas atómicas. Según la Arms Control Association, con la capacidad centrífuga actual iraní se podría llegar al uranio-235 enriquecido necesario para construir una bomba atómica en menos de dos semanas.
Para hacernos una idea, el uranio enriquecido utilizado como combustible de un reactor nuclear en una central nuclear suele tener una concentración de uranio-235 de entre el 3 % y el 5 %. El Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares permite el enriquecimiento del uranio-235 hasta estos niveles, que se consideran para usos civiles. Para una bomba atómica se necesita uranio-235 enriquecido hasta niveles del 90 %.
Es preciso mencionar que Israel, aunque no reconocido ni desmentido oficialmente, según informaciones varias, dispone del misil balístico, Jericho II, con un alcance entre 1.500 y 3.500 km, preparado para portar armas nucleares. Dicho de otra manera, dispone de armamento nuclear.
En este marco, el ataque israelí desde el aire, coordinado con acciones de sabotaje y otras en tierra de fuerzas especiales y elementos del Mossad infiltrados en Irán, tendría como principal objetivo debilitar la capacidad nuclear, retrasando dicho programa de enriquecimiento de uranio, incluyendo ataques selectivos a los miembros de la cúpula militar y científica; así como batir el mayor número de baterías de misiles antiaéreos y de lanzadores de misiles balísticos tierra-tierra en bases iraníes para neutralizar su capacidad de ataque.
Desde un punto de vista militar, las IDF (Fuerzas Armadas de Israel) disponen de superioridad aérea con sus aviones de combate F-15, F-16 y F-35, estos últimos indetectables a los radares iraníes, lo que les permite portar y lanzar armas inteligentes de gran potencia y precisión para batir blancos puntuales. A esto se unen unos aviones de combate de las FAS iraníes, de procedencia soviética, anticuados y unos sistemas de artillería antiaérea/defensa aérea ineficaces para abatir la aviación de combate israelí, lo que permite a las IDF el dominio del espacio aéreo iraní.
Sin embargo, las Fuerzas Armadas de la República Islámica de Irán disponen de una flota de misiles balísticos tierra-tierra muy considerable como los EMAD y los Fattah hipersónicos (1.700 y 1.400 km de alcance respectivamente) y de drones de gran alcance como los Shahed 131 y 136 (900 y 2.500 km de alcance respectivamente) capaces de batir objetivos en Israel. De esta manera, la respuesta masiva iraní contra territorio israelí se ha concentrado en el lanzamiento de estos misiles balísticos y drones de gran alcance, colapsando en parte el sofisticado sistema antiaéreo israelí Iron Dome, cuyos misiles tierra aire no han podido batir todos los vectores de lanzamiento antes señalados, a pesar del apoyo de las baterías Patriot de EE.UU. y de los destructores norteamericanos con capacidad antimisil, desplegados en la región para complementar la capacidad antiaérea israelí. El empleo en masa de estos misiles y drones es el arma más valiosa de Irán.
En el plano internacional, aparte del mencionado apoyo norteamericano a Israel, no hay que olvidar que China tiene como socio prioritario a Irán tras un Acuerdo de Cooperación por 25 años firmado en el 2021, que incluye un capítulo estratégico. Asimismo, Rusia ha proporcionado históricamente armamento a Irán y en la guerra de Ucrania está utilizando drones iraníes (Shahed 131 y 136).
En cuanto a la posible evolución del conflicto, habida cuenta de que las instalaciones nucleares iraníes, en búnkeres bajo tierra, han sufrido escasos daños, se estima que Israel continuará con este tipo de ataques durante un tiempo para cumplir, al menos en parte, sus objetivos, con respuestas masivas de Irán como la arriba descrita, que están provocando y pueden provocar cuantiosos daños en Israel, no vistos en décadas.
Respecto a una hipotética escalada regional y/o internacional, no parece probable la participación directa militar de países árabes de peso apoyando a Irán, pues son sunitas, y consideran a los chiitas de Irán como enemigos. Rusia tiene bastante con la guerra de Ucrania. China, sin embargo, podría proporcionar, si no lo está haciendo ya, armamento, inteligencia y logística. En mi opinión, se puede descartar la implicación directa de ambos países. Respecto a EE.UU., aparte de su intervención directa de carácter defensivo, arriba apuntada, seguirá proporcionando inteligencia, armamento, etc. a Israel, sin poder evaluar en la actualidad una intervención directa ofensiva. Sin embargo, sí se estima que podrían realizarse acciones armadas contra Israel y sus aliados por parte de Hezbolá y los hutíes, así como acciones terroristas dentro de Israel e incluso en países que apoyan a Israel.
Para detener este conflicto, se consideran muy importantes las conversaciones a muy alto nivel entre China y EE.UU. con objeto de llegar a algún tipo de acuerdo y las presiones subsiguientes que ambos países pueden ejercer sobre Irán e Israel, respectivamente, para llegar a algún tipo de alto el fuego.
- Carlos Alonso Ausin es coronel retirado y ex funcionario de NNUU en Nueva York
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